
23 Ene ‘Vapor de plantas por todos los poros de tu piel’
Vapor de plantas para todos los poros de tu piel
«Vapor de plantas por todos los poros de tu piel», fueron las palabras de una de nuestras clientas ante la pregunta ¿y este tratamiento en qué consiste? Su amiga, sentada junto a ella en la sala de espera, también le preguntó, ¿y eso qué cura? y la respuesta me sorprendió todavía más, por eso lo comparto: En la vida mejor no tener que curar nada. Intento no enfermar y, como medida preventiva, las plantas resultan buenas compañeras.
Con esas palabras definió de manera excelente nuestro tratamiento. El vapor de plantas en el que se basa el BVF es efectivo porque aúna dos grandes aliados de la salud: las plantas medicinales, cuyos beneficios son amplios si se conocen sus propiedades, y el calor, que cuando es alto favorece a que sudemos y depuremos nuestro organismo en un proceso fisiológico natural. Por ello, es una práctica aconsejable para todo el mundo que, si se hace con regularidad, ayuda a la desintoxicación del nuestro cuerpo.
El tratamiento cuya parte central es el baño de vapor se complementa en un inicio con un masaje estimulante que favorece a la apertura de canales energéticos, ayuda a reequilibrar el organismo y lo prepara para el óptimo aprovechamiento del baño de vapor de plantas.
También propicia que la persona vaya calmando su mente y serenándose. ¿En qué consiste este masaje inicial? En un primer momento, con la persona sentada en una silla, se trabaja la cabeza con el fin de activar y estimular el riego sanguíneo. También con manupresión se trabaja la estructura craneal y estimulan diferentes puntos energéticos. Acto seguido, ya con la persona tumbada en la camilla, incidimos en algunos meridianos, según sea conveniente, y se inicia un masaje por todo el cuerpo. En este masaje corporal usamos un preparado con efecto peeling, que ayuda a abrir los poros y estimular el organismo para el mejor aprovechamiento del efecto del vapor de plantas cuando entremos en habitáculo dispuesto para este fin. El preparado empleado en este masaje corporal es una mezcla de elaboración propia a base de ceniza, bicarbonato, flor de lavanda, de tomillo o de romero.
Estamos ya preparados para recibir el baño de plantas vaporizadas. También instamos a que la persona que así lo desee le ponga intención al momento e imagine una conexión con la madre tierra y lo más natural de su ser y se adentre en el baño de plantas también como un espacio y un tiempo de limpieza mental. Las plantas básicas que empleamos responden según sus propiedades a cada uno de nuestros órganos y sistemas. Por ejemplo, el diente de león es una planta imprescindible en las depuraciones, que incide en el trabajo del riñón y el hígado; también la cola de caballo es una planta diurética, que favorece a limpiar la sangre y funciona como un potente antioxidante. El espino blanco, y en particular sus flores, son básicas para regular el ritmo cardíaco y controlar la tensión arterial, lo que la convierte en una planta fundamental ante una situación de calor elevado en la que la tensión tiende a bajar. Para limpiar el pulmón y mejorar la oxigenación del organismo, el eucalipto es básico. También el romero, que es un gran antibiótico natural, o el llantén funcionarán muy bien si se aplican, por ejemplo, ante una situación de catarro inicial. Y es que los tratamientos siempre pueden ser complementados con más plantas de las siete u ocho que se emplean como base de la cocción, según el perfil de cada persona y su estado de salud.
La morada del sudor
Para finalizar el tratamiento, tras los 25/30 minutos en el habitáculo, que nos encanta llamarle ‘la morada del sudor’, el organismo necesita de un descanso y reposo. Entonces la persona vuelve a tumbarse en la camilla y procedemos, con compresas de agua fría, a sacarle el exceso de calor acumulado en el cuerpo. Se aconseja un descanso de 10/15 min y beber líquidos para reequilibrar el organismo. En definitiva, una hora y media de tratamiento que nuestro organismo va a agradecer toda la semana.
Más vale prevenir que curar
Y para concluir este artículo retomo la esencia de la conversación con la que se iniciaba este escrito: considerar el alto valor de la medicina preventiva. Siempre me fascinó el hecho de que en la antigüedad, en China, los médicos no cobraban por curar, sino que lo hacían por
mantener la salud. Cuán diferente a nuestra realidad, que solo acudimos al médico cuando estamos enfermos. En Occidente tenemos muy poco integrada la idea de la medicina preventiva, sí que hablamos de vida y hábitos saludables pero lo cierto es que mayormente solo recurrimos a un médico, o terapeuta de cualquier tipo, cuando ya existen síntomas de enfermedad. Quizás estaría bien tener más presente ese gran dicho que bien conocemos y poco practicamos ‘más vale prevenir que curar’.
Información y precios

Baño de vapor fitoterapéutico
El baño de vapor es un tratamiento individual en el que se añaden las plantas apropiadas para cada individuo. También existe la posibilidad de que lo hagan dos personas a la vez, siempre que sea pareja o amiga/o, por preservar la intimidad; este planteamiento es algo más lúdico, aunque también es sanador, ya que a la hora de seleccionar las plantas también se tiene en cuenta el perfil de cada persona.
El precio de la sesión individual es de 70€. El precio de la sesión compartida es de 60€ por persona.
Es posible adquirir un bono de 4 sesiones por 220€. Tienes cuatro meses para utilizarlo. Uso personal e intransferible.